Betancuria

Fundada en 1404 por el conquistador normando Juan de Bethencourt. En 1405 fue incorporada a la Corona de Castilla. Desde su fundación se convirtió en capital y centro rector de la isla y en ella radicaron históricamente los órganos de administración y gobierno insulares. Fue sede del Cabildo Insular, Parroquia insular, Juzgado de primera instancia, residencia de los señores territoriales y de las autoridades militares, civiles y religiosas.

Iglesia BetancuriaLa iglesia- catedral de Santa María de Betancuria, edificada originariamente en estilo gótico- normando, fue destruida en 1593 por las hordas berberiscas de Xaban Arraez, que arrasó prácticamente toda la Villa. En el S.XVII se realiza la reconstrucción de Betancuria y su Iglesia, en la que aún se conservan restos de la primera edificación en la torre del campanario y parte de las columnas. En su interior destacan, por su belleza, el coro, el Baptisterio, el retablo, de la primera mitad del S.XVIII, de estilo barroco y el rico artesonado mudéjar, especialmente el de la Sacristía. En el suelo llama la atención la disposición de los antiguos enterramientos.

Mención aparte merecen la Ermita de San Diego y la Iglesia Conventual, en cuyo lateral se puede aún observar los cimientos del que fuera primer convento franciscano de las Islas Canarias, en el cual se cuenta que residió San Diego de Alcalá.

El carácter histórico de la Villa ha determinado la ubicación en ella del Museo de Arte Sacro y el Museo Arqueológico y Etnográfico, en los que se puede admirar piezas de gran valor histórico- artístico.

Virgen de la PeñaSiguiendo en sentido inverso la ruta de los conquistadores, se encuentra la Vega de Río Palmas, en el interior de cuya Ermita se puede admirar, tallada en alabastro, la imagen de Nuestra Señora de la Peña, patrona de la isla, en honor de la cual se realiza cada tercer sábado de Septiembre la "Romería de la Peña", fiesta de gran arraigo en toda la población insular. Esta celebración constituye una gran manifestación de fervor popular y un muestrario perfecto de folclore, la artesanía y, en general, de las tradiciones culturales de la isla.

Dentro de este municipio también merece ser destacada la Ermita de Santa Inés, situada en el Valle homónimo, construida poro después de la conquista por deseo de Doña Inés Peraza, señora de la isla. 

Betancuria conservó la hegemonía insular hasta el siglo XIX, en que paulatinamente fue perdiendo su preeminencia, al ritmo de las transformaciones socioeconómicas, administrativas y religiosas, generadas por la disolución del Antiguo Régimen y el despegue económico del área oriental de la isla. Estos procesos acentúan las tensiones locales y acelerarán el debilitamiento de Betancuria a favor de otros núcleos de población como Pájara, La Oliva, Antigua, Puerto de Cabras.

A comienzos del siglo XVIII se produce el primer resquebrajamiento del monolítico poder de Betancuria, con el traslado del gobierno militar a La Oliva.

Desde mediados del siglo XIX comienza a perfilarse una nueva capital insular: Puerto de Cabras.